viernes, 18 de septiembre de 2015

Jornada y horarios empleados Administración del Estado

La nueva regulación sobre jornada y horarios de los empleados públicos entra mañana en vigor

MADRID, 17/9/2015 (EUROPA PRESS)

La nueva regulación en materia de jornada y horarios de trabajo del personal al servicio de la Administración General del Estado y sus organismos públicos entrará mañana en vigor tras su publicación este viernes en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

En dicha resolución se amplía hasta el 31 de enero el disfrute de los permisos por asuntos particulares y vacaciones que, hasta la fecha, se extendía al 15 de enero.

La Dirección General de la Función Pública se reunió hace unos días con los representantes de los sindicatos de la Administración General del Estado para informarles sobre esta resolución, que modifica una anterior de 2012.

La nueva regulación contempla un incremento en el número de días de permiso por asuntos particulares hasta un máximo de seis y que cada administración pueda añadir dos días de asuntos particulares al cumplir el sexto trienio y un día adicional por cada trienio cumplido a partir del octavo.

Además, la Administración podrá añadir hasta un máximo de cuatro días adicionales de vacaciones anuales en función del tiempo de servicio prestado por los funcionarios públicos. En el supuesto del Estado, se regula el disfrute de dichos días a los 15, 20, 25 y 30 años de servicio.

Así, con 15 años de servicio se tendrán 23 días hábiles de vacaciones (uno más de los establecidos con carácter general), mientras que con 20 años de servicio se dispondrán de 24 días hábiles de vacaciones; con 25 años de servicio se tendrán 25 días de vacaciones, y con 30 años o más, se dispondrá de 26 días hábiles de vacaciones.

Los días adicionales de permiso y vacaciones se podrán disfrutar en el Estado desde el día siguiente al del cumplimiento de los correspondientes años de servicio

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COMENTARIO: El PP a la caza del voto perdido... que las elecciones generales son en pocos meses.

Servicio Terfrisa 24horas

En Instalaciones Deportivas tenemos un servicio que se llama "Terfrisa 24 horas". Terfrisa es la empresa adjudicataria del servicio de manutención de fontanería y calefacción de todos los edificios municipales.

Así que uno tiende a pensar que "Terfrisa 24 horas" es un gran servicio, porque ofrece atención a las necesidades del cliente, digamos averías, a cualquier hora del día o de la noche. Si no, ¿cómo interpretar lo de "24 horas"?

Así me imagino que lo habrá interpretado la mesa de contratación cuando en su día les dieron el contrato de mantenimiento al que me he referido más arriba. Porque si se lo han dado por otras razones poco confesables... Prefiero no pensar en ello.

Pues NO.

"Terfrisa 24 horas" significa que te atienden en las 24 horas siguientes a recibir el aviso en sus oficinas. Siempre y cuando no se reciba un viernes y tengan que ir en fin de semana o festivo.

Y siempre que pilles la oficina abierta. Porque la oficina tienen un horario como cualquier otra. Como llames o te surja cualquier avería más tarde de las 18 horas, ya te puedes aguantar con el problema que tengas. Hasta el día siguiente a las 8 horas no te van a coger el teléfono. Y luego... "irán cuando puedan"... en las 24 horas siguientes (salvo fines de semana y festivos, repito).

Menuda engañifa.

Y me pregunto si los que les dieron el contrato se leyeron la letra pequeña donde explicaba el significado de "24horas" o sí que se lo leyeron pero se hicieron los suecos porque había otras razones menos confesables para concedérselo.

Dados todos los precedentes de corrupción de este país, pensar mal está permitido.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

El gerente injerente

En una pequeña ciudad, de cuyo nombre no quiero acordarme, había una concejalía de deportes, y en aquella concejalía mandaba un gerente de iniciales R.Y. Era bajito pero mandaba más que incluso el propio concejal.

Un día el gerente quiso enseñar a unos familiares (o quizá conocidos, o quizá un compromiso) las profundidades de una instalación llamada El Silo, donde había unas piscinas. Estas piscinas tenían una depuradora, que a su vez se alojaba en el sótano, o sea, en las profundidades.

Como en el servicio de deportes ningún jefe instruía a los empleados en nada (evidenciando su propia ignoracia), uno de los operarios de la piscina decidió enseñar lo que buenamente pudiera a otro operario de la misma piscina, que no sabía nada de depuradoras. Ambos llevaban poco tiempo trabajando en piscinas y en el servicio de deportes.

Esos dos operarios se encontraban aquél día en el hueco que quedaba entre unos enormes filtros de arena y la pared de uno de los vasos de compensación (no entraré en detalles de para qué sirve cada cosa). En este rincón estaban las tuberías y válvulas cuyo funcionamiento y accionamiento debía aprender el operario menos adiestrado. Así que allí estaban los dos empleados, uno dando explicaciones y el otro recibiéndolas, cuando acertó a pasar por allí el gerente con los visitantes.

Ambos empleados se extrañaron al oír ruidos en aquél lugar recóndito y se asomaron al pasillo principal a ver quién andaba por allí, pensando que sería algún usuario que se había colado en aquella zona reservada al personal de la instalación. Se sobresaltaron un poco al reconocer al gerente entre los otros dos extraños (un anciano y un niño) puesto que era la última persona que esperaban ver allí.

El gerente hizo un forzado gesto con la cabeza a modo de saludo (era muy altivo, nunca saludaba a la tropa, pero aquí supongo que se vio obligado por la sorpresa) y desfiló por allí a paso casi marcial seguido de sus huéspedes. Los dos empleados se quedaron igual de sorprendidos que él, aunque ellos por esta visita inesperada e improbable, ya que el gerente no solía visitar las instalaciones y mucho menos entraba a estas zonas excluidas al público. No obstante, no le dieron más importancia, devolvieron el saludo y siguieron con lo suyo.

La sorpresa fue todavía mayor cuando, al día siguiente, un encargado acudió a la instalación para abroncarlos. Según este encargado, famoso por su enorme volumen y peso corporal, el gerente les había "pillado" el día anterior escaqueándose, escondidos en la depuradora. Ellos explicaron lo que había pasado (que uno enseñaba a otro) y al final la cosa quedó en nada, salvo el mal rato que ambos pasaron al sentirse acusados injustamente.

Entonces, cuando el encargado se marchó, ambos empezaron a hacerse preguntas.

¿Cómo empezó todo?

¿Quién enseñó al primer operario, el que más sabía de la depuradora?

Bien, tiempo atrás, otro encargado llamado C.F. (que no significa Club de Fútbol) había citado a ambos empleados un día fuera de sus horas laborales para explicarles la gestión de la depuradora. Uno de ellos, J.M., no pudo asistir porque estaba fuera de la ciudad ese día. El otro, F.P. (que no significa Formación Profesional), acudió de buena fe.

Pero el encargado que les había convocado no estaba. En su lugar, otro empleado, E.V., dijo a F.P. que él le enseñaría las labores de la depuradora y otras tareas. Así fue que F.P. aprendió de boca de otro compañero en lugar de por el encargado, que además no se dignó aparecer.

Como el tiempo pasaba y nadie enseñaba a J.M. el manejo de la depuradora, algo básico para un empleado de piscinas, decidieron que, aprovechando que era verano y había personal de refuerzo en la instalación, podría enseñar el uno al otro. Dejaron al personal "de verano" atendiendo la entrada y se fueron ambos a la depuradora, uno a enseñar al otro cómo manipular.

Y por eso les cayó la bronca: por mostrar interés en su trabajo, por querer formar y formarse, por querer mejorar,... Por eso, y por tener un superior, el gerente, que no supo estar en su papel y actuó como si todo lo supiera, con lo fácil que habría sido preguntar a los operarios que qué hacían allí. ¡Ah, pero eso no...! ¿Relacionarse con la tropa? ¡Jamás! Siempre hay un encargado a mano (sobre todo si es un trepa) para encargarle tan asquerosa labor de hablar con la plebe...

¿Qué lección sacaron los empleados? Mejor no preocuparse por la formación porque encima te vas a llevar una bronca y un mal rato.

Cuando F.P. reclamó a C.F. (encargado que le había citado) que le reconociera el tiempo extra dedicado al aprendizaje de aquellas tareas en el mejor beneficio de la empresa, ¿qué recibió?

C.F. era por aquél entonces presidente del comité de empresa, nada menos. Y, sin embargo, tuvo la desfachatez de contestar a F.P.  que ¿¡cómo le iba a firmar una hora extra, si los jefes (por encima suyo) no quieren pagar horas extras!?.

Ah, cabrito (cabrito por el tamaño, aunque se merece un aumentativo por sus actos), entonces, si sabías eso, ¿porqué le convocaste fuera de su horario? ¿Porqué no viniste tú a enseñarle en su horario de trabajo, y así habrías enseñado a dos a la vez?

Ese era el comité de empresa que había entonces, dirigido por un encargado. (De muchas maneras el comité que hay ahora es igual al que había entonces: una mayoría servil al gerente, quien así controla el comité y lo que en él se aprueba).

F.P. no fue más lejos reclamando su tiempo extra, pero aprendió unas cuantas lecciones sobre cómo el nuevo gerente y sus subalternos se las ingeniaban para desmoralizar y desmotivar a la tropa. Y, sobre todo, que eran una pandilla de indeseables que se tapaban sus vergüenzas unos a otros.

Así que, cuando más tarde hubo que hacer cursillos sobre limpieza y otros temas, fuera del horario laboral, F.P. no mostró ningún interés en participar.

martes, 15 de septiembre de 2015

Escondiendo el portátil

Ayer llegué unos minutos antes de lo habitual a la instalación deportiva donde presto servicios. Justo antes de entrar me encontré de bruces con Roberto García, que salía apresuradamente con el portátil a guardarlo en su coche, para que yo no lo viera en el cambio de turno.

Por supuesto, el portátil iba en su funda. Pero todos sabemos cómo es la funda de un portátil, porque tiene unas dimensiones y forma características. Y lleva una cinta para poder transportarlo en bandolera.

No se esperaba que yo llegara tan pronto.

¡¡SOR-PRE-SA!!!!

viernes, 4 de septiembre de 2015

Aumento de productividad en San Amaro

Para aumentar la productividad y la presencia en el puesto de trabajo, la gerencia ha decidido que, en las piscinas de San Amaro, exista un servicio de catering para que los trabajadores no tengan que ir a la cafetería (ya que van tan a menudo).

Todos los gastos corren por cuenta del Servicio, por supuesto.

Que tomen nota otras administraciones.