martes, 23 de abril de 2019

El sello en la pantalla del móvil




EL ESCRITO DEL VICESECRETARIO (SEGUNDA PARTE) EL SELLO EN LA PANTALLA DEL MÓVIL


El segundo pecado capital del escrito que comentamos en la entrada anterior es que no recoge que, si por alguna razón una pista fuera inutilizable por razones ajenas al usuario, un tique mostrado en la pantalla de un móvil no puede sellarse ni física ni digitalmente por el empleado de la instalación para que sea canjeado por otra reserva en distintas hora, fecha y/o pista, como sí que se podía hacer y se viene haciendo con los tiques de reservas en papel.

Da la sensación de que cuando redactan el escrito al que aludíamos (el del vicesecretario) no han caído en la cuenta de las posibles anulaciones de reservas.

Posteriormente rectifican, por decirlo de algún modo, y dejan en los polideportivos unos cuadernos para que los empleados anoten en ellos las reservas que no se han podido disfrutar por alguna razón.


Es curioso, aunque en Deportes esto es habitual, que no se ha dado ninguna instrucción escrita a los empleados sobre cómo deben proceder con estos cuadernos. Así que perfectamente podrían ignorarlos.



Así quedaría un sello de goma impreso en la pantalla de un
móvil para anular una reserva que se presente en este soporte.
Ahora bien, el usuario ya no tiene un justificante de su reserva anulada: ahora depende de que el empleado lo apunte en uno de esos cuadernos y que apunte bien todos los datos. Y que el cuaderno no se extravíe.

Pero hay más.

El usuario no tiene constancia de que le anularon esa reserva, así que no puede canjearla en la flamante «app», sino que tendrá que «pasar por ventanilla». Es decir, acudir presencialmente a alguna piscina o a las oficinas para que le devuelvan el dinero o le canjeen la reserva anulada por otra, es decir, algo que pretendía evitar el usuario al descargar la «app» de Deportes.

La cosa sigue y se puede complicar más.

Cuando el usuario vaya a alguna taquilla de Deportes a que le canjeen la reserva anulada, desde la taquilla tendrán que comprobar que en el cuaderno de la instalación (el polideportivo que sea) figura que precisamente ese usuario sufrió la anulación de una reserva por causas imputables al servicio de Deportes.


¿Cómo lo comprueban? Bien, tendrán que llamar por teléfono, no hay otra forma de contactar con los polideportivos.
Ahora pongamos que el empleado no está junto al teléfono (está atendiendo algo en otra parte alejada, por ejemplo) y no puede atender la llamada.

Luego está el caso de polideportivos que se clausuran en ciertas ocasiones porque el personal se destina a otras instalaciones, de modo que nadie va a poder atender el teléfono y mucho menos va a comprobar el cuaderno. ¿Van a enviar a alguien con un vehículo a comprobarlo? Creemos que no.

En tercer lugar está el caso del polideportivo de San Amaro, que no tiene teléfono, dependen del de las piscinas anexas. Caso de que la reserva anulada haya sido en el complejo de San Amaro, desde donde esté el usuario tendrán que llamar a esas piscinas y personal de las piscinas tendrá que desplazarse al polideportivo San Amaro para comprobar que la reserva que reclama el usuario efectivamente se encuentra anotada en el correspondiente cuaderno.

En definitiva, un engorro y un barullo de posibilidades y de comprobaciones que no siempre serán efectivas y que eventualmente causarán molestias al usuario: «Ahora no podemos contactar con el empleado…», «Vuelva usted en otro momento…», «Puede poner una queja...»,...

En fin, como hemos dicho ya en ocasiones anteriores, en Deportes se funciona como en el siglo XIX, con libretilla y lapicero. Ni siquiera con la introducción de su querida «app» han sido capaces de poner al día los medios tecnológicos de los polideportivos para que todo sea más fácil, rápido y seguro, con menos fraude, y haga más fácil al usuario la gestión de sus reservas.


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